Esta entrada podría tener
diferentes y muy variados títulos. Como por ejemplo, el original en mi mente: “Esas
malditas vocales y alguna que otra puñetera consonante”. Pero quedaba demasiado extenso y además hay
que tratar de cazar la atención del más perezoso de los lectores con un título
más llamativo.
Qué manía tienen estos herejes
anglosajones (escoceses en mi caso) con complicarse la vida. Con lo sencillito
que es el español, con sus vocalitas: a-e-i-o-u. Ya está, sin tanta tontería de
vocales largas, cortas, o a medio camino. O con esa horrible costumbre de
mezclar dos vocales. No señores, o es “o” o es “a”, no se puede pronunciar algo
entre “o” y “a”. No tiene sentido. Es algo antinatural.
Y es que podría contarles a
ustedes miles de ejemplos. Situaciones ridículas, a veces bochornosas, debido
al mal uso del idioma de Shakespeare. Situaciones que combates con humor de
novato, o a veces con aquello de “tierra trágame”. La mayoría de estos errores
los cometes al principio, claro está. Pero puedes tardar años en limar tu
pronunciación para no caer en embarazosos malentendidos. Y aunque lleves once
años por estos lares, más te vale no relajar la lengua y el paladar.
La misma palabra “vowels” (vocales), si te descuidas un
poco y tienes uno de esos días cansados, olvidas que en inglés la “v” se
pronuncia diferente que la “b”, tu interlocutor entenderá “bowels” y te mirará
con cara de pena creyendo que tienes algún problemilla intestinal.
Los primeros días que fui al cine
lo pasé fatal. Soy una persona a la que le encanta el cine. Voy muy a menudo.
De ahí mi trauma inicial. Recuerdo la primera vez que pedí palomitas “pop corn” y el chaval que atendía – un adolescente
pelirrojo, flaco, lleno de granos− me soltó una parrafada, que lo mismo podía estar hablándome del tiempo que
hacía ese día o de la revolución francesa, pues no me enteré de la misa la
media. Y yo, como un niño de dos añitos, usando la técnica infalible de apuntar
con el dedito: “that one, pop corn”. Y
nada, el niñato de los granos con su parrafada, recitada a toda leche y sin un
ápice de compasión hacia el inmigrante recién llegado. Yo le decía que cual era
el problema, que tenía dinero (¡qué vergüenza recordarlo!), que me pusiera ya
las malditas palomitas. Y así lo hizo, el mocete. Al empezar la película, eché mano a las
palomitas y entendí de inmediato lo que el jovenzuelo me trataba de explicar:
eran dulces. ¡Y no me gustan las palomitas dulces! Las palomitas saladas,
de toda la vida. ¡Qué país!
En otra ocasión, se me ocurrió
pedir una coca-cola. Por aquello de sensación
de vivir y todo eso. Gracias a Dios había otro chico diferente atendiendo.
Fue pedir la “coke, please” y el
chaval volverse hacia su compañero y medio reírse. ¿De qué carajo se ríen? Pensé
yo aquel día. Luego vas aprendiendo cositas, y claro, no es lo mismo pedir una
coca-cola en un mostrador de un cine, que pedirle a un adolescente sus órganos
sexuales (cock).
Recuerdo un día, en el piso,
Rachel llegaba tarde al trabajo. Recogió todas sus cosas en el bolso, se atusó
el pelo en el espejo del baño y salió a toda velocidad del piso, sin despedirse
de mí tan siquiera. Entonces vi que se había olvidado sus llaves encima de la
mesa de la cocina. Sin pensarlo dos veces, raudo y veloz, las cogí y salí
disparado hacia las escaleras. Ella estaba a punto de abrir la puerta principal
cuando le grité “Rachel, you forgot your
keys!” Ella paró en seco. Se giró. Me miró con cara de susto. “What?” Y repetí mi frase, esta vez
agitando el llavero en mi alzada mano. “Ahh,
thanks! Pensé que decías que había olvidado mi beso". Otra vez, la maldita vocal larga o corta (kiis= llaves, kis = beso, que en realidad se acerca más a "kes") hizo creer a Rachel que se me había ido la cabeza –ya del todo− e iba
reclamándole un beso de despedida, como si fuéramos una enamorada pareja, y no
unos sencillos flatmates.
¡Malditas vocales cortas y largas! Yo creo que lo hacen a posta para que los españolitos nos agobiemos y
abandonemos nuestro intento migratorio. ¡Pues con Jorge la llevan clara!
Hay cientos de ejemplos. Como “sheet” (pronunciese shiit) sábana u hoja de papel. Cuidado
señores, pueden acabar diciendo “mierda” (shit)
(pronunciese shet). No quiero ni pensar en los pobrecillos que empiezan su
aventura británica trabajando haciendo camas en hoteles. Pidiendo ese juego
nuevecito de sábanas al manager o a
la supervisor. Y en realidad le están
hablando de cacotas. Tampoco es lo mismo pedir una cerveza “beer” que hablarle de osos al
sorprendido camarero “bear”. O querer
pedir una cerveza con soda “shandy lager”
y acabar pidiendo una cerveza arenosa “sandy
lager”, con lo cual el camarero se quedará a cuadros escoceses. O el terrible pánico del principiante,
cuando en clase o en una entrevista de trabajo te preguntan por tus hobbies,
por lo que te gusta hacer en tu tiempo libre. Y claro, tú quieres decirle a la Seño
o a ese tipo que será tu jefe, que te gusta ir a la playa “beach” (pronúnciese biich)
y temes acabar diciendo que te gusta ir con señoritas de mala reputación “bitch” (pronunciese bech).
Gracias al cielo existe “el contexto”. En inglés ayuda muchísimo
a esclarecer todos estos posibles malentendidos.
Todavía tiemblo, de vergüenza, al
recordar lo que me sucedió un día en el trabajo. Estábamos de charla detrás de
la barra. Lo habitual, como dije, cuando la clientela era perezosa. O mejor
dicho, cuando los clientes estaban sudando la gota gorda (recordemos que era la
brasserie de un gimnasio). Yo estaba
haciéndome un cafecito con hielo (ya andaba por la barra como Pedro por su
casa). Ante las todavía sorprendidas miradas de mis compañeros sudafricanos y
escoceses (eso de mezclar café y hielo aún no lo tenían muy claro). Uno de los
sudafricanos era Chris (alto, fuerte, rubio, ojos azules. Vamos, un sueño para
las ladies). Allí se encontraba
también Leticia, la novia francesa de Chris. Leticia era una chica simpática.
Bromeábamos muy a menudo, ella y yo. Se notaba a la legua que era francesa, y
tenía una forma más abierta de tratar a la gente. Como siempre ella me hizo
algún comentario gracioso. Hubo risas. De todos. Yo entonces le dije a Chris
que su novia era una tía divertida “Your
girlfriend is funny!”. Chris me miró todo serio, pero con una medio sonrisa
que no podía ocultar del todo y me espetó: “¿Qué
le has llamado a mi novia!”. Y todos se rieron. Yo repetí mi frase. Y casi
se mean de la risa, los muy cabrones. Hasta que la buena de Jenny vino a mi
rescate. Ordenándoles que me dejaran en paz, y diciéndome que no pasaba nada.
Que no les hiciera caso. Yo sabía que estaban de cachondeo conmigo, que Chris
no estaba enfadado para nada. A esas alturas ya teníamos confianza. Pero me
quedé con la mosca detrás de la oreja. ¿Qué había dicho que fuera tan
divertido? ¿Eran otra vez esas malditas vocales, o alguna puñetera consonante?
Llegué a casa todo apurado.
Rachel estaba comiendo en el living. Le
pregunté a quemarropa mi duda, contándole lo que me había sucedido en el
trabajo. La chica casi se atraganta con los espaguetis. “Jorge, ahora no puedo hablar de eso, que estoy comiendo”. Ya no
podía contener más mi inquietud. Hablar de ESO. ¿A qué demonios se refería mi
linda compañera de piso? ¿Se habían vuelto todos locos? Así que me encerré en
mi cuarto, eché mano al diccionario (uno de esos libros tocho muy completitos),
y comencé a buscar la palabra “funny” y
otras similares (por aquello de las malditas vocales). Y encontré la respuesta
a todas mis dudas. Encontré la palabra “fanny”.
Y en aquel mismo instante pensé aquello de “tierra
trágame y no me escupas de vuelta”.
Y lo entendí todo. Las risas, la
reacción (falsa) ofendida de Chris, el apuro de Rachel. Y es que no es lo mismo
llamar “divertida” a la chica de tu amigo, que llamarla “chochito”.
Jjajajajajajaja jajajajajssj
ResponderEliminarjajaja! soooo funnyyyyyyyyyyyy!!
ResponderEliminarPodrias explicar por favor la diferencia sonora de funny y fanny? Yo las he puesto en el traductor pero mi oido no diferencia nada, y no quiero cagarla cuando vaya, gracias
ResponderEliminarYa no me acordaba de esta entrada, es muy divertida.. cuántas veces habré dicho mierda en vez de sábanas, hasta que me dije, hasta aquí hemos llegado con el choteo y ahora digo 'bedding clothes' 😁
ResponderEliminar..Silvia
ResponderEliminarHola, Silvia. Me gusta esta entrada. Creo que todo aquel que haya peleado con el inglés en territorio comanche entenderá perfectamente lo expuesto.
EliminarBuena estrategia la tuya, yo recuerdo alargar en exceso las vocales, por si acaso.
Un saludo, voy viendo más comentarios.
Gracias.