Existen
lecturas que te marcan para siempre. Libros que llegan a tus manos e impregnan
tu espíritu. Novelas que regresan una y otra vez a tu vida, recordándote por
qué continúas leyendo historias. Por qué te hiciste lector siendo crío. Lecturas
que te abrieron nuevos universos, te transportaron a otras épocas, te hicieron
reír, llorar, sufrir, vivir, soñar.
Cada uno de
esos libros esconde su propia historia, aparte de la que cuentan sus páginas.
Una particular biografía que transcurre paralela a la tuya. ¿Dónde lo
adquiriste? ¿Alguien te lo regaló? ¿En qué año lo leíste? ¿Qué sensaciones
experimentaste?
Dos títulos
se grabaron a fuego en mi reciente existencia. No hablo de la infancia, ni
siquiera de la adolescencia. Dos libros que me pillaron ya talludito, mas
lograron que alcanzara emociones que creía perdidas. ‘La Reina del Sur’, de mi admirado y querido Arturo Pérez-Reverte
fue uno de ellos. Lo descubrí en mi primera escapada a España, tras seis meses de
aventura escocesa. Adquirido en el aeropuerto de Barajas, en las horas previas
a mi vuelo de retorno a Edimburgo. Jamás olvidaré aquella primera vez. Las
numerosas relecturas me ayudaron a salir de más de un pozo durante todos estos
años.
Sin embargo, aquel enero de 2006 el
alma me pedía abrir el segundo ejemplar que caló tanto en mi corazón. Obsequio
de una buena amiga, por motivo de un pasado cumpleaños. Tras preparar un café
con la kettle, me encerré en mi
pequeño cuarto, sentado sobre la cama, la espalda apoyada en la pared. Toda la
casa permanecía en silencio. Stevie pasaba el fin de semana en el piso de su
novia. Los vecinos de arriba, siempre volátiles, guardaban calma. Tan sólo el
ruido de la ventisca, acompañada de una intensa lluvia, se filtraba a través
del cristal de la ventana, recordándome dónde y cuándo me hallaba por un
instante más.
Abrí la tapa
del volumen, tras contemplar la fotografía, en blanco y negro, que la adornaba.
Una ciudad bajo la niebla, un padre pasea de la mano con su hijo de corta edad.
Visten largas gabardinas, quizás un abrigo en el caso del niño. Se advierten
coches de otra época al fondo de la imagen. Una farola, de hierro forjado, y
aspecto antiguo aparece en primer plano.
Paso, con
delicadeza, despacio, las primeras páginas. Título. Autor. Unas palabras
escritas a mano: “Conociéndote, sé que
esta historia te entusiasmará. Con cariño, Marimar”. Datos legales. Dedicatoria
del escritor.
Comienzo a leer.
"Todavía
recuerdo aquel amanecer en que mi padre me llevó por primera vez a visitar el Cementerio de los Libros Olvidados.
Desgranaban los primeros días del verano de 1945 y caminábamos por las calles de una Barcelona atrapada bajo cielos
de ceniza y un sol de vapor que
se derramaba sobre la Rambla de Santa Mónica en una guirnalda de cobre líquido.
̶ Daniel, lo que vas a ver hoy no se lo puedes
contar a nadie ̶ advirtió mi padre ̶ . Ni a tu amigo Tomás. A nadie.”
Y ya no
pude parar de devorar línea tras línea. Volví a caer de lleno en aquella narración mágica. Un
cuento dentro de otro cuento y de otro más. Una muñeca rusa de relatos encajados. ‘La Sombra del Viento’. A la que seguiría
‘El Juego del Ángel’ y dos títulos
más.
En el
momento que tecleo estas líneas, leo por enésima vez el titular que llamó mi
atención hace un par de días. Sin poder todavía asimilarlo.
“El
escritor Carlos Ruiz Zafón fallece a los 55 años”
Desde mi
humilde rincón, quería rendirle un pequeño y sentido homenaje. Desear que su
alma encuentre el camino en el laberinto del Cementerio de los Libros
Olvidados.
Gracias por
hacerme soñar, maestro.
D.E.P.
Bonito homenaje, seguro que le gusta.
ResponderEliminarBesos.
Gracias.
ResponderEliminarDisfruté en su día de La Sombra del Viento, uno de esos libros que efectivamente te atrapa.
ResponderEliminarDEP
Saludos, viki
ResponderEliminarHola Viki,
ResponderEliminarEstoy viendo ahora tus comentarios.
Es una novela maravillosa. La mejor de las 4. Después me encantó "El juego del Ángel " por lo diferente y oscura. Casi de miedo.
Además puedes leer los 4 en cualquier orden. Es como un pequeño microcosmos que Zafón creó (como el maestro S. King y su microcosmos en torno a la ficticia ciudad de Derry, mezclando personajes de novela a novela aunque traten de historias totalmente diferentes).
Pero en el caso de las 4 del Cementerio de los libros Olvidados el efecto es mucho más cerrado.
De hecho, leí el cuarto y seguido releí el tercero, el segundo y concluí con La Sombra del Viento. La experiencia impresionante porque puedes seguir la historia.
Es como una muñeca rusa pero con cuentos.
Un saludo